lunes, 30 de junio de 2014

Libro sin nombre (romance vampírico)

Hoja 1: La mañana comenzó mal, me había quedado dormida sin cumplir mi propósito. El lunes tenía el primer examen final del año y tenía solo cuatro días para estudiar, ahora tres, ya que desperdicié la noche durmiendo. Aunque, siendo franca no sé que tanto habría avanzado. No puedo mantener la mente despejada. No puedo sacarlo de mi cabeza. Él, como el protagonista de una película romántica, como el galán de las teleseries que ve mi madre. El chico más deseado y envidiado del instituto, aquel que no le dirigía la palabra a nadie, más que a su familia, sus hermanos, ¿me habló a mí?
Esta historia me parece tan familiar que hasta me siento ridícula al compararme con la protagonista de ese libro, libro que por cierto es uno de mis favoritos. Ha de ser por eso que fantaseo de esta forma, pero… no es una fantasía, él me habló ayer, fue real.
¿Justo ahora que necesito mi mayor concentración para el examen?
Quizás no deba prestarle atención y concentrarme en estudiar, después de todo, por más que me haya hablado, mi historia nunca llegaría a ser ni la mitad de fantástica de lo que una soñadora fanática de “Crepúsculo” como yo esperaría. Eso solo quedaría en un casillero de mi imaginación, y no es que esté esperando que un vampiro se aparezca en mi vida y la cambie para siempre, ni nada.
Hoy no iré al instituto, hoy me dedicaré a estudiar, espero lograrlo.
Historia universal nunca ha sido mi clase favorita. En vez de leer libros de historia, leo novelas, y mientras más románticas y vampíricas, mejor. Esas historias me interesan.
No puedo reprobar el ramo, no ahora. Así no lograre graduarme.
Tengo la cabeza en tantas partes ahora, que no sé qué es lo que leo. Y por más que me lo proponga, no puedo quitar dos rostros de mi mente. El primero, el de él y el segundo, ridículamente el de Edward Cullen.

Mi mente infantil no me dejará estudiar esta mañana. Iré a desayunar.

(Espero que les guste) <3

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